Código Rojo
Carrera de carcachas en Libres: Una tradición peligrosa y sin regulación oficial
Tanto espectadores como pilotos ponen en riesgo su integridad física cada año
Libres, Pue.- Con una tradición de más de 20 años, las carreras de carcachas y arrancones, en el municipio de Libres, han protagonizado en los últimos seis años aparatosos accidentes que han dejado varias personas lesionadas. No obstante, esta actividad no ha sido regulada por ninguna autoridad.
La realización de este tipo de atracciones representa un peligro latente tanto para los pilotos, como para los asistentes, pues en todas sus ediciones la gente abarrota las calles para ver el pasar de los vehículos a toda velocidad.
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A finales de junio del 2013, durante los llamados arrancones a unos metros de la salida, un automóvil de color rojo, perdió el control tras ser impactado por una camioneta del mismo color. La primera unidad salió proyectada contra la multitud que se colocó a orillas de la vialidad.
Debajo de la unidad colisionada quedaron varias personas, por lo que la gente tuvo que alzar la unidad y rescatar a los heridos. En ese entonces dos resultaron graves y cinco más fueron llevadas a clínicas cercanas.
En 2011, uno de los vehículos que circulaba por el circuito salió proyectado contra una vivienda dejando cuantiosos daños materiales. Aunque oficialmente no hubo lesionados, se dijo que el piloto sí sufrió algunas fracturas.
El año pasado como parte de las festividades patronales de Libres, también se organizó el mismo concurso. Una de las unidades se salió del camino de terracería y atropelló a dos personas quienes por la gravedad de las lesiones tuvieron que ser llevadas a un hospital.
Tras el accidente que ocurrió el pasado domingo, que dejó un padre de familia muerto y tres heridos, uno de ellos de gravedad, fue que se conoció a detalles que las carreras se realizan en pistas improvisadas, de terracería, sin señalética correspondiente y con cientos de espectadores que se se colocan a unos pasos de las unidades que rebasan los 140 kilómetros por hora.
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El riesgo es latente para los participantes y asistentes, sin embargo, hasta el momento ningún sector de la sociedad se ha proclamado en contra de esta costumbre, que cobró su primera vida.
En la mayoría, los conductores de estas unidades son habitantes de la región quienes adaptan y hacen conversiones en los motores para poder participar en los eventos, sin embargo, no cuentan con la experiencia en la conducción.