Puebla, Pue.- Fue el 28 de abril de 2017 cuando Juan de Dios, de 23 años de edad, hijo de María Luisa Núñez Barojas, salió de la comunidad de la que provenía, Tehuitzo, perteneciente al municipio de Palmar de Bravo, para realizar algunos pagos en Tecamachalco, como solía hacerlo cada cierto tiempo, sin embargo, fue la última vez que su familia lo vio con vida.
Así lo compartió la fundadora del colectivo Voz de los Desaparecidos en Puebla, María Luisa, quien vivió la terrible experiencia de lidiar con la desaparición de su familiar, y que durante su búsqueda, fue motivada a iniciar un movimiento que ayudara a su familia y a muchas otras, en su lucha por encontrar a sus seres queridos.
De acuerdo con Núñez Barojas, su hijo solía mantenerla al tanto sobre su ubicación cada que salía, como detalle, agregó que incluso, cuando se le iba a agotar la batería del teléfono, se lo notificaba, o si ya no podía comunicarse desde su celular, pedía uno prestado para avisarle su situación.
Por eso es que la noche de aquel 28 de abril, a María Luisa le pareció extraño que su hijo, quien le indicó que iba con los primos de su novia, Vicente y Abraham, a quienes se encontró en el camino, dejara de comunicarse con ella luego de indicarle que a su regreso a casa había un retén en Cuacnopalan ,y que no dejaban pasar a nadie.
La angustia creció con el paso de las horas y la falta de comunicación con el joven, sobre todo porque en aquel año, los levantamientos y los homicidios eran una constante en aquella zona del estado, por el trasiego de combustible robado.
Pasaron las horas y al marcarle a Juan de Dios, su teléfono desviaba la llamada a buzón de voz, por lo que pensaron que se había ido a una fiesta y que por ello no respondía, sin embargo, tampoco los familiares de Abraham y Vicente lograron contactarlos, por lo que las tres familias acudieron a denunciar la desaparición de los tres jóvenes.
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Y es así como pasaron cinco años de búsqueda, de vivir revictimización por parte de las autoridades ministeriales, de realizar papeleos y actividades que no les correspondían a los familiares, y de fundar el colectivo Voz de los Desaparecidos en Puebla, tras lo cual, las investigaciones que María Luisa realizó y datos aportados por una fuente anónima, finalmente dieron sus frutos.
Luego de tres años y medio encontraron los restos del joven, y el 18 de febrero de 2022 se reconoció oficialmente la identidad del joven, situación que le devolvió cierta paz a la familia.
La lamentable historia que María Luisa vivió, a lo largo de su desarrollo, fue dando esperanza a familias buscadoras, y ayudó a que el problema se visibilizara en una Puebla que permanecía fría e indolente ante este fenómeno delictivo.
10 de Mayo, nada que celebrar
En el marco de la celebración del 10 de Mayo, se llevará a cabo una manifestación pacífica este viernes en el Zócalo de la ciudad de Puebla, por parte del colectivo Voz de los Desaparecidos.
Con la premisa de que en el Día de la Madre en México no hay nada que festejar, ante el dolor que viven las madres buscadoras y la falta de atención a cada uno de los lamentables casos de desaparición forzada, se hará dicha congregación en dicho sitio en punto de las 11:00 horas, luego de la celebración de una misa en la Catedral de Puebla, a las 10:00 de la mañana.